jueves, marzo 03, 2005

El Imposible Narcisismo del Ser (Segunda Parte)

Volvió a observar el reloj, 4:55 h.a., tenía el tiempo justo para cometer una de sus muy privadas fechorías. Se dirigió sacó de un cajón un espejo cuántico y le activo mediante los siguientes comandos verbales: “Espejo, muéstrame al ciudadano 128972-706414, en su ubicación actual”. La superficie del espejo comenzó a emitir un pequeño destello de luz, pero en vez de que apareciera la sala de espera de su consultorio con la persona en cuestión, los destellos parpadearon y se apagaron. Extrañado el terapeuta dio unos golpecitos al espejo y repitió el comando, se produjo el mismo resultado. Era una lástima que se descompusiera el espejo cuántico, pensó el terapeuta, era uno de los pocos que había sobrevivido a la desintegración de dichos aparatos, debido a la aprobación hace unos pocos años, de la Ley Extrema para la Protección a la Privacidad. Se le ocurrió otra idea y dijo: “Espejo, muéstrame al ciudadano 107358-250988, en su ubicación actual”. El espejo emitió su peculiar destello y en su superficie apareció el paciente que tenía pocos minutos de haber salido de su consultorio, aparentemente esperando a un taxi. Extrañado, el terapeuta comandó al espejo: “Espejo, muéstrame al ciudadano 128972-706414, en su ubicación actual”. Nuevamente la superficie de éste parpadeó y se quedó apagada.

4 comentarios:

Sebastián dijo...

uuuuuuuuu. spooky

Alexia Lefebvre dijo...

Mi amor... me encantan tus cuentos de doctor. Me encanta tu blog. Me encanta que vayas a ser un doctor. Te amo...

Flexis dijo...
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Flexis dijo...

Perdón Dr., olvidé quitarme mi pisacorbatas de nondetection ...